¡Haz frente a tus creencias limitantes!

11 de Septiembre del 2015

A lo largo del día llenamos nuestra cabeza de juicios y opiniones sobre aquellas cosas que hemos realizado y las que nos hemos dejado en el tintero, sobre nuestras capacidades e incapacidades para hacer frente múltiples situaciones, sobre nuestros aciertos y errores, etc.


Dado que nos estamos constantemente valorando, resulta imprescindible que reflexionemos sobre qué tipo de juez interno somos y lo que esto provoca en nuestra autoestima.

Si al final del día pudiéramos visionar una película en la que apareciera todo aquello que pensamos sobre nosotros mismos, y las consecuencias de esto sobre nuestra conducta, empezaríamos a ser conscientes de que en nuestra cabecita existen unos monstruitos llamados creencias limitantes.

Las creencias limitantes son aquellos pensamientos, opiniones o premisas que consideramos “verdades absolutas” y que influyen tanto en la manera que tenemos de interpretar lo que nos sucede, como en nuestras decisiones y conductas.

Son limitantes porque nos impiden avanzar en nuestras vidas, dificultan la toma de decisiones, nos posicionan en un enfoque negativo en el que no encontramos soluciones, y nos hacen sentirnos incapaces o con poco valor. Además funcionan de manera automática y las creemos aunque no tengamos argumentos firmes.

Un ejemplo de creencia limitante puede ser el siguiente: “Yo no tengo valor”. La persona que con esta creencia limitante en su día a día tendrá pensamientos tales como: “no me van a coger en la entrevista de trabajo”, “si hablo les va a parecer que he dicho una tontería”, “los demás son mejores que yo”, etc.

Esta persona, ante estos pensamientos negativos que surgen de manera automática, dará un pasito atrás en estas situaciones y por ejemplo, no se presentará a la entrevista de trabajo, no hablará ante su grupo de amigos, no conocerá a nuevos amigos, etc.
Si estás cansada de tener ese continuo “ruido en la cabeza” que te vuelve cada vez más pequeñita ante situaciones incómodas o difíciles para ti…

¡Es el momento de iniciar la batalla para matar a estos dichosos monstruos!

Si pones estas pequeñas acciones en práctica, y tienes paciencia en este camino de aprendizaje, ¡Podrás convertirte en la vencedora de la batalla!

  • Reconoce estos pensamientos en tu día a día y cuestiónate si es una realidad o es un juicio que has emitido sin suficientes argumentos.
  • Reflexiona sobre la gravedad de sus consecuencias: ¿cuántas cosas no has hecho por culpa de esta creencia? ¿Quieres seguir perdiéndote cosas?
  • Analiza los pensamientos negativos que crees sobre ti, ¿ha sucedido siempre y en todos los casos?
  • Plantéate, ¿qué te gustaría que pasara? ¿qué necesitas para que eso pase? Focalízate en adquirir estos recursos para cambiar estas situaciones.
  • Busca pensamientos más positivos para llenar tu mente, haz un listado de recuerdos donde hayas demostrado ser capaz, tener recursos, o haber salido adelante ante cualquier fallo.

Las creencias limitantes nos hacen ver la vida en blanco y negro, cuando en realidad hay una gama de colores intermedios.
¡Tú decides que gafas te pones para ver el mundo!

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