Cómo llevar una dieta rica en antioxidantes

Los alimentos antioxidantes pueden ser grandes aliados para protegernos del envejecimiento prematuro. Es decir, pueden ayudarnos a promover el envejecimiento saludable, tal como lo han demostrado diversos estudios científicos.

La clave está en complementar una dieta rica en alimentos antioxidantes con unos hábitos de vida saludables que apoyen la calidad de nuestra alimentación, y nos permitan mantener un buen estado físico. Con rutinas que nos ayuden a estar en mejor forma a través de la práctica del deporte, y a conseguir un pensamiento más positivo.

Todo ello es importante debido a que en nuestro cuerpo se dan constantemente procesos que se deben equilibrar. De la misma manera que el cuerpo produce sustancias antioxidantes que combaten el envejecimiento, en situaciones de tensión o estrés puede liberar radicales libres que lo aceleran.

Algunos hábitos que pueden aumentar la producción de radicales libres

  • Consumir tabaco y alcohol
  • Tener una alimentación rica en grasa
  • Tendencia al sedentarismo
  • Exceso de radiación solar
  • Seguir una dieta poco equilibrada

Las recomendaciones de los expertos son claras: dejar de fumar, de beber alcohol, empezar a moverse y practicar ejercicio, seguir una dieta mediterránea, e intentar incluir alimentos ricos en sustancias antioxidantes como los carotenoides, las vitaminas E y C, el selenio y los polifenoles.

Los antioxidantes de la dieta mediterránea

Carotenoides

Frutas y hortalizas de color amarillo, anaranjado o rojo como la zanahoria, calabaza, tomate, pimiento rojo y hojas de vegetales
 

Vitamina E

Aceite de girasol, huevos y germen de los cereales
 

Vitamina C

Alimentos de origen vegetal, como frutas cítricas, fresas, frambuesas, patatas, tomates, pimientos y otras hortalizas
 

Selenio

Pescado, marisco, cereales integrales, lácteos y carnes
 

Polifenoles

  • Frutas como uvas, moras, cerezas, ciruelas, aceitunas negras,…
  • Hortalizas como perejil, apio, alcachofas, tomate, pimiento,…
  • Cereales integrales, legumbres, frutos secos, cacao y té.
     

Y ahora… una sugerencia de menú basado en la dieta mediterránea, de excelentes beneficios para el organismo por su alto contenido en alimentos de origen vegetal ricos en antioxidantes.

  • Desayuno a base de té con leche semidesnatada y una cucharada pequeña de azúcar; tostada de pan integral con una fina capa de paté de aceitunas negras y tomate en rodajas. Zumo de naranja natural.
  • A media mañana un plátano acompañado de un puñado de nueces.
  • Comida: crema de calabaza, lomo de merluza con aceite a la albahaca y ensalada de espinacas con salteado de cebolla y champiñones. De postre, uva negra.
  • Merienda: yogur con orejones troceados y canela.
  • Cena: sopa de caldo de pollo y corazones de alcachofa. De segundo, pechuga de pollo a la plancha con tomillo y ensalada de hoja de roble y zanahoria rallada. Mandarinas de postre.

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