Simplemente, respira

30 de Octubre del 2015

¿Hasta que punto eres consciente cuando respiras? ¿Cómo inhalas y exhalas? ¿Te tomas algún momento al día para hacerlo detenidamente? Quizás no te hayas planteado cuál puede ser la mejor respuesta a algo tan cotidiano e imprescindible. Te contamos los beneficios de una buena respiración y los mejores ejercicios para llevarla a la práctica.

Lo haces sin darte cuenta miles de veces al día, pero cuando te tomas un momento y te concentras en ello, el mero hecho de respirar puede, por sí solo, cambiar la manera en la que te sientes. La respiración es una función vital de la vida humana, la primera fuente de energía.

Cuando inhalas y exhalas de forma correcta favoreces a tu organismo para sentirte bien física y mentalmente. Este lo manifiesta en tu vitalidad, tu estado de ánimo, tu piel, etc.
Debes respirar con consciencia. Así contribuirás a oxigenar, desintoxicar tu cuerpo y a relajarlo liberando el estrés. Hacerlo de forma profunda, además, purifica tu organismo, ya que contribuye a la limpieza de los pulmones y a la eliminación de sustancias tóxicas.

Con un buen control de la mente puedes dirigir la respiración hacia aquellas zonas de tu cuerpo que presentan dolor y aliviar dicha tensión. Por ejemplo, si practicas yoga puede ser una buena disciplina para el manejo de la respiración y la conexión entre cuerpo y mente. Aún así, te proponemos consejos sencillos para sacar el máximo rendimiento a tu pulmones:

  1. Haz estiramientos. La respiración implica al diafragma, músculo más importante del proceso, y a la zona muscular del costado y pecho. Para trabajar esta parte debes estirar el pecho y toda la espalda. Puedes hacerlo extendiendo los brazos en forma de cruz e inclinándolos a un lado mientras los estiras hacia arriba. Inhala durante dicho movimiento y exhala cuando descanses.
  2. Controla la ansiedad. Al contrario de lo que creemos, la solución para eliminar el estrés o la ansiedad no es respirar profundo. La inhalación incrementa la energía y la exhalación calma, prepara para el reposo. Cuando pretendas reducir una situación de ansiedad debes exhalar, soltar aire con fuerza para vaciar tus pulmones. Luego no intentes forzar la inhalación, hazlo cuando tu cuerpo lo necesite. Repite este procedimiento hasta que recuperes la tranquilidad.
  3. Respira y camina. Lo más importante cuando caminas es que acompases el ritmo de la respiración con el de tus pasos. Tanto la inhalación como la exhalación deben durar lo mismo. Respirar rítmicamente de forma suave cuando caminas es un beneficio para tu salud física y mental.
  4. Realiza lavados nasales. Este método liberará tus vías respiratorias y te aliviará en caso de inflamación de la mucosa nasal. Recuerda que no debes lavar la nariz con agua pura, sino con un preparado salino.
  5. Practica los ejercicios respiratorios antes de irte a dormir. Aunque los realices varias veces al día este es el mejor momento para un óptimo descanso durante la noche. Si los haces sentada puedes poner tus manos entre el ombligo y el corazón. Coloca la mano izquierda sobre tu pecho y la derecha debajo de la primera. Si los haces acostada relaja tus brazos. En ambos casos respira lentamente inhalando y exhalando por la nariz y prestando atención a cada movimiento.

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