¿Lo sabes todo de tu flujo vaginal?

26 de Agosto del 2021
El flujo normal es una secreción que no tiene olor, no produce síntomas y cambia según la función hormonal y ovulatoria. Su función es proporcionar lubricación principalmente y protección, evitando o favoreciendo el transporte de los espermatozoides.

Como ginecóloga es primordial tratar la salud de la mujer de una forma integral y un punto muy importante es conocer la salud de la zona íntima, ya que los síntomas vaginales suelen ser tan molestos que pueden llegar a interferir en el día a día de cada una, no solo en la vida sexual. Por eso es fundamental que cada mujer conozca su normalidad, para poder diferenciar qué es un flujo normal y qué no, de ello depende el bienestar de tu salud sexual y reproductiva. En este post intentaré explicarte de una forma sencilla que es un flujo normal, como está compuesto y su función, para que puedas identificar cuando hay alguna anormalidad y puedas consultar de forma oportuna.

Un flujo considerado como normal es la combinación de células y líquidos que se liberan continuamente a través de la vagina. Su función es proporcionar lubricación principalmente y protección, evitando o favoreciendo el transporte de los espermatozoides según su espesor o la etapa del ciclo en la que nos encontremos. El flujo normal es una secreción que no tiene olor, no produce síntomas y cambia según la función hormonal y ovulatoria. 

Un componente fundamental para mantener el equilibrio de la secreción o flujo vaginal es la microbiota vaginal que tiene predominancia de lactobacilus (bacterias que habitan de manera natural en la mucosa de la zona íntima), consecuencia de la secreción de hormonas (estrógenos) que inducen el engrosamiento de la pared vaginal y la secreción de un exudado rico en nutrientes que favorece la colonización. 

Se han descrito 5 microbiomas básicos denominados estados tipo de la comunidad, 4 se describen de acuerdo con la dominancia de la especie de lactobacillus: L crispatus, L gasseri, L iners y L jensenii y otras caracterizadas por la diversidad microbiana.

La microbiota vaginal es en cada mujer muy especifica e incluso varía según etnia. Los lactobacilus son bacterias beneficiosas para la salud de la mujer, pues producen ácido láctico y agua oxigenada que se encargan de eliminar a los microorganismos (patógenos responsables de infecciones), creando así una barrera de protección y control entre las defensas y la densidad de patógenos potenciales; los lactobacilus son diferentes según ubicación anatómica, es decir, los que están dentro del útero no son los que predominan en vagina y se cree que tiene un papel importante en la fertilidad.

¿Cuáles son los tipos de flujo vaginal normales?

En mujeres que no utilizan ningún tratamiento hormonal, la función del flujo vaginal varía según el ciclo ovárico hormonal. El flujo puede pasar de blanco claro a transparente, que suele ser más característico en la ovulación. Es filante/hialino/pegajoso, hasta llegar a la fase lútea que tiene un leve cambio en su coloración, seguido en algunas ocasiones de una disminución, preparándose nuevamente para la nueva menstruación.

¿Qué pasa cuando el flujo cambia su coloración?

Conocer nuestra microbiota vaginal

Si tiene coloración amarilla, verdosa o grisácea puede ser signo de infección.  Al igual que si presenta cambios en su olor o se acompaña de síntomas como dolor, escozor o picazón, puede indicar infección, incluso presencia de infecciones de transmisión sexual (ITS). Es importante tener en cuenta la edad de la paciente, así como del ambiente en el que vive y se desarrolla, costumbres y hábitos, para poder determinar el origen del problema. 

El error más común que se comete es auto-medicarse en cualquier tipo de infección y es aún mayor cuando se trata de la zona íntima.

Recuerda: No todos los cambios que puedas ver en tu flujo son por una vaginitis fúngica (por hongos) como la famosa candidiasis, aunque es la mas común. Algunas veces puede tener origen bacteriano o viral. Por eso es importante identificar el agente causal antes de utilizar cualquier tratamiento, pues existe uno específico para cada infección.

Los lactobacilos son nuestros aliados, podemos encontrarlos en forma de probióticos en toma oral (por boca), práctico en su toma y beneficiosos para el tratamiento, importantes para volver a la normalidad, pues contribuyen a mantener el equilibrio de la microbiota vaginal y el pH local. 

Asimismo, mantener la higiene justa y la hidratación adecuada contribuyen a la protección vulvo vaginal, no peques de exceso ni de falta.  La disbiosis es la rotura de este equilibrio, bien por la reducción de la población bacteriana o por el sobre crecimiento de otras especies, esto traducirá signos y síntomas asociados a diversas patologías. 

Cambios relacionados con el flujo vaginal:

  • Algunos cambios puntuales en la alimentación, la utilización de medicamentos, alguna ropa íntima, prácticas sexuales, microbioma de la pareja, estrés, edad, etapa hormonal, etc.
  • Presencia de enfermedades como: diabetes mellitus, infecciones de vías urinarias, síndrome metabólico. 
  • Según la época del año: el verano es la época propicia para la aparición de infecciones vaginales. Algunas de las medidas para evitar las infecciones, es evitar la humedad en la zona intima como mantener el bañador húmedo, pues puede favorecer la proliferación de hongos. Evitar uso de ropa interior ajustada o de materiales sintéticos. Cambiar con frecuencia los tampones y compresas. En el invierno puede producirse también sequedad y falta de lubricación, la llamada vagina de invierno. 
  • Por edad o etapa de la vida: sabemos que hay cambios en la microbiota, en la infancia se describe una que puede semejarse al de la menopausia, la edad fértil, el embarazo y la lactancia tienen sus características propias. 

Para mejorar estas circunstancias, un gel calmante e hidratante, sería de gran utilidad. Tras su utilización deja una agradable sensación de confort y bienestar. Los hidrogeles de uso externo tienen propiedades protectoras y descongestivas que ayudan a calmar la sensación de picor y reducir la sequedad e irritación de la zona íntima.

Las alteraciones de la microbiota se pueden prevenir con la utilización de prebióticos, probióticos y simbióticos.

La vulvo vaginitis es la inflamación de la mucosa vulvar (externa) vaginal (interno). Para ti los signos serán rojez(hiperemia), leve hinchazón(edema), aumento de la secreción vaginal y cambio de olor /color del flujo vaginal. Los síntomas incluyen ardor, escozor, dolor, prurito en ocasiones tan intenso que suele llevar a consultas de urgencia. 

La zona íntima es una de las zonas del organismo que es mas susceptible al ataque de distintos microorganismos. 

  • Infecciones por hongos.
  • Vaginosis baceriana: producida por bacterias.
  • Tricomoniasis.
  • ETS (enfermedades de transmisión sexual).
  • Tampón olvidado.
  • Alergias o irritación por exceso o defecto de productos de higiene intima.

Durante el embarazo por las alteraciones hormonales puede presentarse sequedad vulvo vaginal e infecciones por déficit nutricionales, es importante utilizar productos adecuados para cada etapa. Al igual que en edades perimenopausicos, menopausicos o en paciente con fallo ovárico precoz en las que se presentan una disminución de los niveles de estrógenos puede provocar sequedad vulvo vaginal, picor e irritación, automedicación y finalmente infección vaginal por desequilibrio de la microbiota vaginal y producir infección de difícil manejo.

Es importante mantener un equilibrio de la microbiota vaginal, conocer tu ciclo y los cambios del mismo, conoce tu cuerpo para poder identificar signos de infección precozmente y evitar complicaciones y sobre todo ante cualquier duda, habla con tu ginecólog@, estamos para ayudarte. 

DONNAplus contiene: los principales lactobacillus para favorecer el mantenimiento del PH y mejorar la protección del microbioma. 

  • Lactobacillus crispatus LBV88, Lactobacillus Rhamnosus LBV96, Lactobacillus Gasseri LBV150 
  • Lactobacillus Jensenil LBV1 16, FRUCTOOLIGOSACARIDOS 

Es apto para vegetarianos, no contiene lactosa, sacarosa ni gluten. 
 

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